T-MEC y la reactivación económica de los estados | Opinión David Monreal.

Es el acuerdo comercial más importante que tiene México y será crucial para que la reactivación económica avance en armonía con los intereses de las entidades.

En el contexto de la emergencia sanitaria mundial, todas las naciones del mundo nos encontramos ante la misma disyuntiva: generar políticas públicas de reactivación económica y reducir el impacto de las medidas de distanciamiento social sin comprometer la salud pública. Para América Latina –la región del mundo más afectada por la pandemia de covid-19– resulta especialmente indispensable.

Uno de los principales retos que enfrentamos en la región es que el impacto a la salud en nuestros países fue tan importante como el que experimentaron los países más desarrollados, pero sin medios comparables para mitigar los efectos sobre la actividad económica y el empleo, como ha señalado Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

En este sentido, el T-MEC, como el acuerdo comercial más importante que tiene México, será crucial para que la reactivación económica avance en armonía con los intereses de cada una de las 32 entidades federativas. Los distintos sectores productivos deberán aprovechar sus ventajas comparativas en el intercambio comercial con Estados Unidos de América y Canadá.

De igual manera será fundamental la captación de inversión extranjera para la creación de empleos, por lo que resulta indispensable que las autoridades locales de cada estado y de la Ciudad de México tomen medidas para mejorar los cuatro indicadores que el Banco Mundial considera para realizar su estudio Doing Business in Mexico: facilidades para la apertura de una empresa, obtención de permisos de construcción, registro de la propiedad y cumplimiento de contratos.

En dicho estudio se puede ver que Monterrey encabeza la lista de ciudades donde mayores facilidades existen para la apertura de un negocio. Esta eficiencia, sumada a su cercanía con la frontera norte, genera buenas perspectivas para desarrollar empresas nacionales que tengan como objetivo el mercado norteamericano, uno de los más grandes del mundo; o para dar cabida a empresas extranjeras que busquen expandirse hacia el mercado mexicano.

Para que las entidades de la República puedan aprovechar eficientemente los mecanismos del T-MEC, deberán dar continuidad a las estrategias anticorrupción que se impulsan desde el gobierno federal, entre ellas, concientizar a sus funcionarios públicos respecto de las leyes sobre cohecho, con miras a detener la solicitud y la aceptación de pagos de facilitación, los llamados moches; tal como lo establece el capítulo anticorrupción del instrumento internacional.

Del mismo modo, deberán regionalizarse estrategias para promover la creación y fortalecer la existencia y subsistencia de las pequeñas y medianas empresas, como incubadoras, aceleradoras y centros de asistencia a la exportación, en especial para aquellas vinculadas a grupos históricamente marginados, tales como las y los jóvenes, los pueblos originarios y las mujeres, que a pesar de ser mayoría en nuestro país, siguen enfrentando grandes retos de inclusión y respeto a sus derechos en nuestra sociedad.

Para salir delante de este crisis sanitaria y económica, es de primera importancia llevar a cabo acciones locales de carácter afirmativo que abran el camino para que las y los mexicanos accedan a mejores oportunidades de desarrollo. De esta forma, la nueva normalidad estará vinculada a la integración regional y a una red internacional para compartir mejores prácticas, así como al crecimiento de negocios en los mercados locales. La 4T tiene este compromiso, y juntos, podemos lograrlo.

POR DAVID MONREAL
COORDINADOR GENERAL DE GANADERÍA
@DAVIDMONREALA

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