ADIÓS TELLO, ADIÓS.

Por Efraín Esparza Montalvo.

Si acaso comparado con el desastroso gobierno de Arturo Romo Gutiérrez en su improvisación e inoperatividad, y con el de Miguel Alonso Reyes en los múltiples actos de corrupción, el que termina de Alejandro Tello Cristerna no tiene parangón: es el peor gobierno de los últimos 60 años, con lo que eso significa.

En los albores de su administración allá por el año 2016, el contador, ufano, repetía en cada foro al que se presentaba que era “el gobernador más votado en la historia de Zacatecas”, y tenía razón; luego, sostenía que él “no era político”, y también deslumbraba a incautos; no obstante, cinco años después y a excepción de sus 15 incondicionales, el resto de los ciudadanos que votaron por él se arrepintieron antes de transcurrido el primer año de gobierno, y todo Zacatecas, sin temor a equivocarme, deseó que tuviese la malicia que un cargo de semejante naturaleza exige, sin necesidad de ser político. Pero la realidad es que el gobernador nunca estuvo a la altura de las circunstancias.

Porque hizo poco o nada que los zacatecanos puedan presumir y recordarlo como un buen gobernante.

En cinco años dilapidó 180 mil millones de pesos, aproximadamente, sí, ¡ciento ochenta mil millones de pesos! ¿Sabe usted lo que eso significa? Es un mundo de dinero que sin embargo nadie sabe a dónde fue a parar.Su discurso desgastado de fin de mandato para curarse en salud, en el sentido de que fue implacable con la corrupción, y de que su gobierno jugó limpio en las elecciones del pasado 6 de junio, tiene un tufo de desvergüenza impresionante pues ni persiguió a los corruptos, entre quienes se encuentra el principal quebrantador de las finanzas en el estado, Miguel Alonso Reyes, ni garantizó equidad en la contienda electoral, tanto así, que el propio Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Zacatecas, lo sancionó por favorecer a la candidata de su partido, Claudia Anaya Mota.

El ocaso del quinquenio de Alejandro Tello Cristerna transcurre como se esperaba, sin noticias de nada que no sean de violencia desmedida, de corrupción, de falta de activación económica, de desempleo, de abandono al campo, de retroceso en la educación, de escasez en la obra pública, de incremento a la pobreza, de satisfacción de deseos propios, de culto a la personalidad de su esposa, Cristina Rodríguez, y de una ausencia brutal, como nunca antes, de empatía con los ciudadanos que siguen creyendo que la figura de su gobernador es la más importante, y que por lo mismo merece reconocimiento y respeto.

Tello pasará a la historia como el gobernante peor calificado de todos los tiempos, y eso, a querer o no, es difícil de digerir para sus familiares más cercanos, porque, ¿Qué culpa tienen sus padres de los reclamos ofensivos del pueblo, por el desastre que deja en Zacatecas? ¿Cómo justifica frente a sus hijos, el desperdicio de la oportunidad que le brindó abrumadoramente la población, cuando lo eligió para el cargo? ¿Cómo mira a los ojos de su esposa para discutir cualquier asunto relacionado con el gobierno, si ambos fueron actores principales de su decadencia?

En el fondo, el todavía gobernador sabe que le falló a la sociedad zacatecana, y que por más que declare que no se irá de la entidad, y que recorrerá sus calles una vez concluido su mandato, no faltará quiénes le recuerden, de múltiples maneras, su fracaso, el mismo que tiene de rodillas a un estado que no lo merece y que depositó su confianza en él, pero que para fortuna de muchos tomó una decisión valiente el pasado 6 de junio.

Adiós Tello, adiós.Te vas como llegaste: adulado por pocos, y repudiado por la mayoría, incluyéndome.

Hasta la próxima.

Columnista.

About author View all posts

Zacatecas Al Minuto